Llevo ramas secas enredadas
entre mi cabello.
Y los pájaros lo confunden
con un nido donde se posan,
tocan cada fibra y cantan.
Llevo en mi cabeza un nido,
pájaros y cantos de recuerdos
que a veces el viento sacude y,
cuando se desordenan,
me hacen llorar.
Llevo cantos y lágrimas
enredados entre el cabello,
esperando que el sol los seque.
O que llegue el invierno,
para confundirlos con la llovizna.
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